En la anterior entrada vimos reforzamientos positivo y negativo. Hoy continuamos con más técnicas para adquirir y/o incrementar conductas:
Moldeamiento: Consiste en reforzar los pequeños pasos que nos aproximan a una conducta meta.

En el moldeamiento, no es necesario especificar ni establecer unas determinadas conductas de aproximación para alcanzar la conducta final.
A medida que, gracias al refuerzo, se afianzan las aproximaciones más similares a la conducta final, se dejará de reforzar las que menos se parecen.
Se emplea habitualmente con niños para aprender a hablar, caminar, comer solos o vestirse.
En adolescentes y adultos es eficaz en el incremento de habilidades de estudio, de ejercicio, autonomía personal e higiene, estrategias de solución de problemas y habilidades sociales.
El moldeamiento se utiliza para adquirir o incrementar conductas simples o complejas en todos nuestros ámbitos de intervención: protección y/o reeducación de menores, diversidad funcional, salud mental, mayores, necesidades educativas especiales…
Modo de empleo:
1) Seleccionar la conducta meta y definirla clara y objetivamente.
2) Evaluar el nivel de ejecución.
3) Escoger la conducta inicial que será punto de partida.
4) Elegir los reforzadores.
5) Reforzar las aproximaciones sucesivas (pequeños pasos).
Encadenamiento: Consiste en conectar mediante el reforzamiento, como si fueran eslabones de una cadena, conductas simples o complejas en un orden establecido y necesario para llegara la conducta meta (diferencia principal con el moldeamiento).
En el encadenamiento se puede partir desde el inicio hasta la conducta final: encadenamiento hacia delante, pero también al contrario: encadenamiento hacia atrás. También se puede presentar la cadena total y ensayar cada vez todos los pasos de la secuencia.
Otras diferencias importantes con el moldeamiento es que requiere de más estructuración y utiliza instrucciones.
Ejemplos de encadenamiento: adquirir habilidades digitales (funciones básicas de un ordenador y software), cocinar determinadas recetas, tocar un instrumento, conducir…

En la próxima entrada: técnicas de intervención para reducir o eliminar conductas.
¡Nos leemos!